Saturday, November 28, 2009



CASCOS DE WALKIRIA Y GUITARRAS DISTORSIONADAS.
ARTURO PÉREZ-REVERTE FRENTE AL HEAVY METAL.

Les dejo este link de la columna dominical, llamada Patente Corso que maestrazo Arturo Pérez-Reverte, escribe en el periodico EL PAIS de España, donde se reconcilia con la música más poderosa del planeta.

Que bien me sienta imaginarme a Don Arturo en su biblioteca de veinte mil libros con su compacto SOMEWHERE IN TIME de Iron Maiden, bien prendido cuando empieza a resonar el bajo Fender azul de Steve Harris, Tal cual, estoy seguro que, también el jefe de la "dama de hierro britanica" quedaría prendado de un libro como: CLUB DUMAS o PINTOR DE BATALLAS.

Y que decir de Bruce Dickinson, con sus mil trucos para disfrazar su afectada garganta; pero, graduado en historia por una de las mejores universidades de Inglaterra y, todo él, un verdadero MAESTRO (y, además, campeón) DE ESGRIMA. En una época en que ya no se esgrimen Toledanas, defendamos el honor con guitarras Fender Stratocaster.

SALUDOS.

www.capitanalatriste.com/escritor.html?s=patentecorso

Tuesday, November 24, 2009



LA CRISIS ESTA ACABANDO CON TODO, HASTA CON EL ARTE DE HACER FAVORES.

Soy conocido por varias cosas, entre ellas por callejero, que aunado a mi buena memoria, queda perfecto para una llamada telèfonica como esta:
- Oye Wey, no sabes dònde venden pastillas de chiquitolina?
- Simòn, en la calle de Independencia hay una farmacia homeopatica donde antes que se legalizaran conectabas legrados baras, que se hacian en la calle de Republica de Venezuela, yo voy a andar por ahi, si quieres, te las compro y luego me pagas, no?
La bronca consiste en que, en estas èpocas de aperre por la chuleta y llevar el chivo, todos anda meneados buscando la forma de levantar un camaròn extra, entonces, todo se vuelve bisne y ahora cada pregunta, como la antes mencionada viene con la consigna:
"Ah, seguro que se està llevando una comisiòn".
En las ùltimas dos semanas, dos amigas me han preguntado por dos diferentes servicios, en ambos casos, conectè a las personas indicadas y no se si, por el desconocimiento del costo del oficio que requerian, o por lo mala madre de los "maistros" que recomendè, pero a ambas minas se les hizo muy caro, asì que no lo tomaron, pero, yo me quedè con ese sentimiento:

AHORA, TODO SE TRATA DE ESO??? AHORA, LA CRISIS, NOS VA A DEJAR HASTA SIN CONFIANZA Y AMISTAD???? YO POR SI LAS DUDAS, VOY A COMENZAR A UTILIZAR UN PAR DE PALABRAS MUY SOCORRIDAS PARA EVITAR BRONCAS:

NO SÈ.

Wednesday, November 11, 2009



OTRO MÀS DE BOLAÑO.

LUPE.

Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de Julián
y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel Trébol,
espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para escribir
un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe
era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su vida
y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vemos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces llorando,
a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que volver.
Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no sostenida.
Yo no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escuchada referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe?... El corazón.

SALUDOS.

Tuesday, November 10, 2009



YO VOY MIGUEL ÀNGEL COTTO. PORQUE SE LEVANTE EL DE CAGUAS P.R. Y TENGAMOS REVANCHA CON EL ANTONIO MARGARITO, EL TORNADO DE TIJUANA.

SALUDOS.

Monday, November 09, 2009



SONIDOS DE LA DULCE CIENCIA.
LAS LISTAS DE LOS CAMPEONES Y MÙSICA DE LOS PROGRAMAS 24-7 DE HBO.


Cotto Credit: Chris Farina

Justice : "Genesis"

The Doves : "House of Mirrors"

Matt & Kim : "Cinders"

Daddy Yankee : "Todos Quieren a Raymond"

The Raconteurs : "Attention"

The Dead Weather : "3 Birds"

Kerry Muzzey : "Yearbook"

Nickodemus & Quantic feat. Tempo: Quantic : "Mi Swing Es Tropical"

The Tango Project : "Por Una Cabeza"


Manny Pacquaio

Kerry Muzzey: "Injection"

Kerry Muzzey: "The Mentalist"

Jet : "K.I.A."

Hector Lavoe : "Aguanile"

Dark Captain Light Captain: "Spontaneous Combustion"

Kerry Muzzey: "Last Goodbye"

Quantic: "Death of the Revolution"

Quantic : Melodious Wayfarer

SALUDOS.

Saturday, November 07, 2009



OTRO MÀS QUE SE NOS VA ...

Todo un artìsta de los fogones. Un tipo, para el cual, el sazòn era la vida entera. El gran Chef Oliver Lombard.

Seguimos mirando el abismo despidièndonos de los que caèn con un sincero movimiento de mano.

SALUDOS.

Tuesday, November 03, 2009



EL MAESTRO SE HA IDO.

EL DOLOR ME ENMUDECE.

CLAUDE LÈVI-STRAUSS (1908-2009).

FELIZ VIAJE AL TROPICO MAESTRO, POR AHI NOS VEMOS LUEGO.

Friday, October 30, 2009



UN POEMA DEL MAESTRO, ENERGETIZADO MUY DE MAÑANA EN CUALQUIER ESQUINA DEL D.F.

ATOLE


Vía a Mario Santiago y Orlando Guillén
los poetas perdidos de México
tomando atole con el dedo

En los murales de una nueva universidad
llamada infierno o algo que podía ser
una especie de infierno pedagógico

Pero os aseguro que la música de fondo
era una huasteca veracruzana o tamaulipeca
no soy capaz de precisarlo

Amigos míos era el día en que se estrenaba
<>
así que ya se lo pueden imaginar

Y Mario y Orlando reían pero como en cámara lenta
como si en el mural en el que vivían
no existiera la prisa o la velocidad

No sé si me explico
como si sus risas se desplegaran minuciosamente
sobre un horizonte infinito

Esos cielos pintados por el Dr. Atl, ¿los recuerdas?
sí, los recuerdo, y también recuerdo
las risas de mis amigos

Cuando aún no vivían dentro del mural laberíntico
apareciendo y desapareciendo como la poesía verdadera
esa que ahora visitan los turistas

Borrachos y drogados como escritos con sangre
ahora desaparecen por el esplendor geométrico
que es el México que les pertenece

El México de las soledades y los recuerdos
el del metro nocturno y los cafés chinos
el del amanecer el del atole

SALUDOS.

Tuesday, October 27, 2009



RECORDAR AL MAESTRO BOLAÑO, EN UN DÌA TAN FRÌO, QUEDA BIEN.

EL BURRO.

A veces sueño que Mario Santiago
Viene a buscarme con su moto negra.
Y dejamos atrás la ciudad y a medida
Que las luces van desapareciendo
Mario Santiago me dice que se trata
De una moto robada, la última moto
Robada para viajar por las pobres tierras
Del norte, en dirección a Texas,
Persiguiendo un sueño innombrable,
Inclasificable, el sueño de nuestra juventud,
Es decir el sueño más valiente de todos
Nuestros sueños. Y de tal manera
Cómo negarme a montar la veloz moto negra
Del norte y salir rajados por aquéllos caminos
Que antaño recorrieran los santos de México,
Los poetas mendicantes de México,
Las sanguijuelas taciturnas de Tepito
O la colonia Guerrero, todos en la misma senda,
Donde se confunden y mezclan los tiempos:
Verbales y físicos, el ayer y la afasia.

Y a veces sueño que Mario Santiago
Viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,
Una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz,
Sólo piel y voluntad, y yo sin preguntar nada
Me subo a la moto y partimos
Por los caminos del norte, la cabeza y yo,
Extraños tripulantes embarcados en una ruta
Miserable, caminos borrados por el polvo y la lluvia,
Tierra de moscas y lagartijas, matorrales resecos
Y ventiscas de arena, el único teatro concebible
Para nuestra poesía

Y a veces sueño que el camino
Que nuestra moto o nuestro anhelo recorre
No empieza en mi sueño sino en el sueño
De otros: los inocentes, los bienaventurados,
Los mansos, los que para nuestra desgracia
Ya no están aquí. Y así Mario Santiago y yo
Salimos de la ciudad de México que es la prolongación
De tantos sueños, la materialización de tantas
Pesadillas, y remontamos los estados
Siempre hacia el norte, siempre por el camino
De los coyotes, y nuestra moto entonces
Es del color de la noche. Nuestra moto
Es un burro negro que viaja sin prisa
Por las tierras de la Curiosidad. Un burro negro
Que se desplaza por la humanidad y la geometría
De estos pobres paisajes desolados.
Y la risa de Mario o de la cabeza
Saluda a los fantasmas de nuestra juventud,
El sueño innombrable e inútil
De la valentía.

Y a veces creo ver una moto negra
Como un burro alejándose por los caminos
De tierra de Zacatecas y Coahuila, en los límites
Del sueño, y sin alcanzar a comprender
Su sentido, su significado último,
Comprendo no obstante su música:
Una alegre canción de despedida.

Y acaso son los gestos de valor los que
Nos dicen adiós, sin resentimiento ni amargura,
En paz con su gratuidad absoluta y con nosotros mismos.
Son los pequeños desafíos inútiles -o que
Los años y la costumbre consintieron
Que creyéramos inútiles- los que nos saludan,
Los que nos hacen señales enigmáticas con las manos,
En medio de la noche, a un lado de la carretera,
Como nuestros hijos queridos y abandonados,
Criados solos en estos desiertos calcáreos,
Como el resplandor que un día nos atravesó
Y que habíamos olvidado.

Y a veces sueño que Mario llega
Con su moto negra en medio de la pesadilla
Y partimos rumbo al norte,
Rumbo a los pueblos fantasmas donde moran
Las lagartijas y las moscas.
Y mientras el sueño me transporta
De un continente a otro
A través de una ducha de estrellas frías e indoloras,
Veo la moto negra, como un burro de otro planeta,
Partir en dos las tierras de Coahuila.
Un burro de otro planeta
Que es el anhelo desbocado de nuestra ignorancia,
Pero que también es nuestra esperanza
Y nuestro valor.

Un valor innombrable e inútil, bien cierto,
Pero reencontrado en los márgenes
Del sueño más remoto,
En las particiones del sueño final,
En la senda confusa y magnética
De los burros y de los poetas.

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ROBERTO BOLAÑO (Chile)


(Mario Santiago, poeta mexicano que compartió los primeros pasos con Roberto.)

*Incluídos en
Los Perros Románticos. Poemas 1980-1998.
Editorial Lumen, S.A.
Barcelona, España, 2000

SALUDOS.

Friday, October 23, 2009



Oda a la cerveza enorme, enorme cerveza.

Tengo ganas de una cerveza enorme, sin el màs mìnimo rastro de espuma, negra como mi consciencia y espesa como mi inconsciencia,Tengo ganas de una cerveza enome, que por su frescura despida gotas sobre el vaso contenida como ojos que me miran.Tengo ganas de una cerveza enorme, vuelta loca por ser tomada, como esa mujer virginal que nunca supo como fue mancillada.Tengo ganas de una cerveza enorme, que tenga màs vida que mi vida y màs pasiòn que mis ganas completas de volver a volver. Tengo ganas de una cerveza enorme, limitada por un vaso curvo como las lineas de esa mujer que en mis sueños se lleva parte y parte de mi.Tengo ganas de una cerveza enorme, màs una, màs otra, màs no importa cuantas vengan a mi boca, quiero enseñarla como si fuera una niña a besar.Tengo ganas de una cerveza enome, y perderme por completo en su lago de frescura, en sus rios de ternura, en sus mares de locura.

JODER!!! TENGO GANAS DE UNA CERVEZA ENORME ... Y NADIE SE MOCHA!!!

SALUDOS.

Thursday, October 22, 2009



HABLANDO DE BOXEO Y ROTURAS EN EL SPORT CITY.(Articulo para la revista Deportivismo).

DE BOXEO Y DEPORTIVISMO.
Hablar de boxeo, encierra muchos mitos. Desde su rudeza hasta su arte, desde sus factores socio-económicos hasta su milenaria tradición deportiva. Así, el boxeo se ha abierto camino en medio de éste y otro estereotipo; pero, el deporte de los puños ha sido la pasión de todo tipo de personas rompiendo barreras como las educativas, dado que, desde la baja escolaridad hasta los escritores multipremiados, como Ernest Hemingway, premio Nobel de literatura 1954, que a los catorce años comenzó a practicar “el suave arte” y declaraba orgulloso: “Mi escritura no es nada, el boxeo es todo” o la poeta, Wislawa Szymborska, premio Nobel de literatura 1996, que escribe dolida: “No ser un boxeador, ser un poeta, con una condena a poemas forzados, y a falta de músculos mostrarle al mundo – en el mejor de los casos – una lectura escolar en el futuro.”, se han apasionado con ir y venir de las manos en un ring. En lo que se refiere a estratos sociales, si es bien cierto, que el mayor numero de seguidores se encuentra entre las clase baja y media, también destacan millonarios como Alfredo Harp (QEPD) que practicó por varios años con el gran campeón Daniel Zaragoza, sin miedo a subirse al ring en un enfrentamiento parejo. Hasta la frontera de los sexos, ha sucumbido frente a la grandiosidad de este deporte; desde niñas curiosas hasta supermodelos, como Kim Strother o Jennifer Nicole Lee, han visto los grandes beneficios que aporta una preparación física tan armónica: Cárdio, fuerza, balance, resistencia, dando importancia a la mente: Estrategia, inteligencia y reacción inmediata. Además que en un mundo tan complicado como en el que vivimos, nunca está de más, saber dar un buen golpe; mejor aun: moverse a tiempo para no recibirlo. Ya que como dijo el gran entrenador del “Ratón” Macías y el “Púas” Olivares, Don Arturo “Cuyo” Hernández: “El boxeo es el arte de pegar y no dejarte pegar”.
En Parque Lindavista, tenemos la fortuna de contar con un instructor activo, es decir, que “no ha colgado los guantes”. Cristian “Ojitos” Cárdenas, una joven promesa del boxeo mexicano en la categoría de peso Mosca, que ostenta títulos tan importantes como campeonato Cinturón de Oro y Sub-campeón Guantes de Oro y que pertenece al Establo de boxeadores de Ignacio Berinstain, el conocido “Rey Midas del boxeo mexicano” legendario entrenador de púgiles como Oscar de la Hoya y Juan Manuel Márquez. “El Ojitos” como todos lo conocemos en el Gimnasio, sigue en el ranking y en busca de disputar el campeonato mundial. Cristian, siempre está sonriente y de buen humor, hasta que llega el momento de aplicarnos un fuerte entrenamiento que se asemeje lo más posible a la forma en que se preparan los profesionales, es ahí cuando su sonrisa se borra y su mirada dicta decisión: Salto de cuerda, boxeo de sombra, combinaciones de golpes con gobernadora y manoplas, defensa por parejas, pera fija y pera loca, así que a pesar de que en las instalaciones no se cuenta con ring, nuestro Entrenador de Elite, se las ingenia para mostrarnos el feroz mundo del boxeo lo mas realista y seguro posible.
A todas horas se puede escuchar con sólo entrar al gimnasio el retumbar del ir y venir de la pera fija y los guantes achatando las manoplas. Si te acercas un poco más, puedes oír la animosa voz de nuestro entrenador, que grita: “Vamos, con fuerza, así no me sirve”, “ ¿Ya te cansaste? Anda, regálate otras dos”, “!Velocidad, Velocidad, Velocidad!”, “Diez segundos, si te paras. Se repite”.
Desde niños de nueve o diez años, que preparan sus vendas para cuidarse sus manos o bellas mujeres imprimiendo fuerza a cada golpe y velocidad a los “pivoteos” para contra-atacar, hasta enormes varones que hacen tambalear al “Ojitos” con severos impactos de gancho y upper cut que recibe una dolida “gobernadora” que parece gritar de dolor en cada golpe. El resonar de las cuerdas que corta el aire como un látigo y el rechinar de los tenis en la duela buscando la mejor posición para recetar “El 1-2”, se está convirtiendo en el sello de nuestro Sportcity Parque Lindavista, donde nos divertimos tomando en serio el Deportivismo.

Lic. Gabriel Rojas-Carrillo.
Escritor y guionista televisivo.



SALUDOS.

Wednesday, October 14, 2009



LA MEJOR CARTA DE AMOR QUE HE LEÌDO EN MI VIDA (JODER, NI LAS DE PAUL ELUARD A GALA, RIFAN TAN GRUESO) A CARGO DE MI CARNAL JUAN HELADIO.

El día luminoso es mi esclavo y soy el maestro y rey de las cucarachas porque me amas más de lo que la pendeja Virgen María amaba a JESÚS EL NAZARENO ---Por cierto AMOR: Cristo era mexicano: no trabajaba, vivía con su mamá, andaba con sus pinches amigotes todo el día, y ....su mamá ¡¡¡¡¡¡creía que él era DIOS!!!!!!!!!!.
Desde mi diástole te digo DIOSA PERFECTÉRRIMA, desde mi sístole con onda QRS hipersuprapoderosa e hipercalémica, te grito más allá de mis 8o metros de cueva cucarachienta TE AMO SACRATÍSIMA DIOSA.
El sabor de la baguete de salmón es inferior a tus besos, el sabor del melón dulcísimo con nieve de nuez con almendras, no alcanza la categoría de SOL DE LAS GALAXIAS..
Estoy aterrado, tu amor me ha hecho mudo, no te puedo escribir cosas hermosas como el ÁNGELUS o hacer un saludo a la mañana con sus dedos rosados..no sé decirle al cielo "salud eterno y puro bendice mis pasos"...No no puedo, no quiero, tu AMOR me ha dejado mudo y paralizado el poder de mis metáforas flamígeras y volcánicas yace en el cementerio de los cachivaches de oro viejo....
Quiero morir imbécil, pero viendo tu rostro de piel de prro fino que se incendia como los jitomates de SONORA con mis besos, tu risa más poderosa que el rugido de las sirenas hechiceras enternece mis furias y mis rabietas.....
GÜERA ONTOTELONEOPOYÉTICA sigue iluminando al mundo y brindo por tu belleza con este JACK DANIELS que me está volviendo alcohólico de tu amor....

SALUDOS.

Tuesday, October 13, 2009



Una mujer, una poeta, una boxeadora: Wislawa Szymborska (Premio Nobel de literatura 1996).

LECTURA

No ser un púgil, Musa, es como no ser
nada.

Nos negaste un auditorio enardecido.

Hay doce personas en la sala,
es hora de empezar.

La mitad vino porque llueve,
los demás son parientes. Musa.

Las mujeres podrían desmayarse en esta
tarde de otoño,
y lo harán, pero sólo frente al ring.

Escenas dantescas sólo allí.

Y el éxtasis. Musa.

No ser un boxeador, ser un poeta,
con una condena a poemas forzados,
y a falta de músculos mostrarle al mundo
–en el mejor de los casos– una lectura
escolar en el futuro.

Oh Musa. Oh Pegaso,
ángel equino.

En la primera fi la un viejecito sueña
dulcemente
que su difunta esposa ha vuelto de la
tumba
para hornearle una tarta de ciruelas.

Con fuego, pero no muy alto, porque se
quema la tarta,
comenzamos la lectura. Musa.

SALUDOS.

Monday, October 12, 2009



CUENTO INÈDITO DEL MAESTRAZO BOLAÑO.

EL CONTORNO DEL OJO

Diario del oficial chino Chen Huo Deng, 1980.
Por Roberto Bolaño

Jueves. Una curiosa criatura parecida a una vaca gigante pero que posee un pico de pato. Las palabras del periódico se ordenaron como un acertijo infantil dentro de mi cabeza. Me levanté a las cinco de la mañana. Después de lavarme descorrí la cortina: al fondo, en las escarpadas, muy lejos de la aldea, unas fogatas me recordaron los campamentos militares de mi adolescencia. Eran los carboneros. Más allá, hacia el oeste, entre bosques y campos de cultivo, el tendido ferroviario y un tren iluminado a medias que se perdía en la noche. Martes. El comisario político de la aldea vino a visitarme. Eran las siete de la mañana y la puerta estaba abierta. Debió deducir que me hallaba despierto y entró. El hombre quedó sorprendido de encontrarme sentado en el suelo, de cara a la pared, sin ninguna prenda de vestir encima. Al volverme hacia él se puso a parpadear y musitó que lo sentía. Le dije que no importaba. Mi rostro recién afeitado contrastaba con su cara soñolienta. Luego dijo: buenos días camarada Chen, y se marchó. Me quedé un instante escuchando sus apresurados pasos sobre el camino. Jueves. Por la mañana estuvo conmigo el médico. Me preguntó cómo me sentía. Le dije que escribía un diario. Dijo que hacía años que había leído mis diarios de juventud. Le dije que el diario que ahora llevaba no era para la imprenta. He escrito muchos diarios, le dije, la mayoría fruto del cansancio, muletas para mi creación literaria. Dijo que comprendía que los poetas escribiéramos mil palabras para librar una. Le dije que en mi diario actual se libraba algo más y se rió sin comprender. Viernes. Hoy ha habido ajetreo en la aldea. Por la tarde un grupo de hombres y mujeres salió hacia el bosque que colinda con la Granja; el resto del pueblo se reunió en la biblioteca y partieron después en dirección a las escarpadas. Temí que fuera el único habitante que quedara en la aldea. Me vi a mí mismo, solo en la casa y luego vi la casa confundida entre las otras casas vacías. En la perspectiva había algo que iba mal. Salí al jardín a fumarme un cigarrillo y a pensar; en la casa de enfrente se abrió una ventana y una anciana a quien nunca antes había visto me sonrió. Permanecí allí bastante rato; observé que las plantas crecían con inusitado vigor; al final del camino un perro jugaba solo. Entrada la noche comenzaron a regresar los aldeanos. Casi nadie hablaba, a excepción de los niños que parecían alegres y excitados. Jueves. Por el camino principal de la aldea vi venir al comisario político acompañado de tres niños. Los niños conversaban entre ellos y de vez en cuando le dirigían la palabra al comisario. Pensé que iban a la Granja. Camarada Chen, sonrió el comisario al llegar a la casa, pero sin entrar, estos alumnos tienen que escribir una composición sobre tus libros, explicó: sé amable con ellos.
Camarada, dijo uno de los niños, nuestro trabajo de literatura de este mes versará sobre ti. Les dije que me halagaban, cuidándome mucho de preguntarles si había sido idea de ellos o de la maestra. Parecían unos niños muy serios. El comisario se marchó enseguida. Mientras mis huéspedes se acomodaban en el cuarto me asomé a la ventana y lo vi alejarse por el camino del pantano, la cabeza inclinada como si tuviera sobre sí un gran problema. El gris del cielo parecía enfermizo, veteado de blanco, con fosforescencias apagadas en la línea del horizonte.

Martes. Una curiosa criatura parecida a una vaca gigante pero que posee un pico de pato ha sido vista repetidas veces desde el mes de agosto en un lago volcánico cerca de la frontera con Corea. Algunos trabajadores temporeros la han podido observar a 40 metros de donde se hallaba, aunque no se sabe si es una especie acuática o anfibia, cómo vive ni por qué este raro ser no ha sido visto antes del citado mes. Miércoles. Vino a visitarme la maestra. Es una muchacha de unos 20 años. Parece frágil, pero sus ojos son fuertes y mira de una manera decidida. Hablamos poco. Los niños, la escuela, la biblioteca. Dijo que era un honor para ellos que yo viviera una temporada aquí. Le dije que estaba en la aldea por prescripción médica y luego añadí que había sufrido un trastorno nervioso considerable, que había estado internado un mes en el Hospital Militar de Nanning y que finalmente los médicos y mis superiores habían llegado a la conclusión que lo mejor para mi salud era pasar un par de meses en el campo, sin hacer nada. Dijo que ya lo sabía y que confiaba que me recuperara pronto. Luego propuso dar un paseo. Al levantarnos tuve la sensación imperceptible pero clara que estaba angustiada. Caminamos hasta una loma desde la que se divisaba la Granja. De pronto sentí deseos de volver, de estar solo. Le dije que prefería volver, que estaba cansado. Es normal, dijo ella. De vuelta a casa permanecí hasta tarde recortando noticias de diferentes periódicos. Jueves. Wan. Un niño de 11 años de edad puede ver con sus ojos, como si fueran rayos X, el corazón, los pulmones y cualquier órgano interno del ser humano. Su nombre es Shie Zo Hue, vive en la ciudad de Wan, en la provincia de Guizho, y su caso ha sido examinado por la Academia de Medicina de la provincia de Hubel. El niño puede ver, por ejemplo, en qué posición se encuentra el feto de una madre embarazada y en una ocasión adelantó que había visto mellizos en el seno de una mujer y el resultado se pudo comprobar poco después. Un grupo de investigadores científicos se ha servido del niño para hacer radiografías que serían difíciles o peligrosas por otros métodos. Shie Zo ya ha examinado en los últimos meses a 105 pacientes. Martes. La maestra me invitó a cenar. Al llegar a su casa encontré a cinco personas de las que sólo conocía al comisario político y al muchacho que baja a la ciudad tres veces a la semana en la camioneta del pueblo. Fui recibido con efusivas muestras de alegría. Durante la comida hablaron de cuestiones agrícolas. Uno de los comensales, una campesina de la Granja, dijo repetidas veces “se inunda el valle“. No supe, pese a la atención que presté a su conversación, a qué se refería. Después de la comida la maestra me llevó aparte; salimos al jardín y me preguntó qué pensaba de la guerra. Permanecí callado, estudiándola; sus ojos estaban llenos de lágrimas. Detrás de ella las colinas eran una mancha negra debajo de la luna creciente, pero al mismo tiempo era una mancha móvil, inestable. De improviso sentí que no estábamos solos: los otros se habían asomado a la ventana y desde allí nos miraban con sonrisas heladas que se aproximaban demasiado a la piedad. Martes. Me desperté a las cuatro de la mañana, sudando y con fiebre. Salí a caminar, la aldea estaba dormida y sólo se escuchaba el ladrido de un perro por el camino de la Granja. Me dirigí a la biblioteca; ésta tenía la puerta cerrada pero sin llave, como parecía ser costumbre. Encendí una pequeña lámpara, busqué papel y lápiz y me puse a escribir. Al cabo de una hora tenía sueño, pero permanecí un rato más hasta terminar el bosquejo de mi informe. Después apagué la luz, dejé todo tal como lo había encontrado y regresé a casa. Dormí hasta las nueve de la mañana. Me despertó el muchacho que regresaba de la ciudad para entregarme los periódicos.

Domingo. Pekín. Tres personas murieron pisoteadas por la multitud y otras diez resultaron heridas al final de un festival de música moderna celebrado en Pekín hace dos días con motivo de la “Fiesta de la Luna“. Hoy se reveló que la empresa encargada del parque de Beihai, donde se celebró el festival, cometió graves irregularidades que propiciaron el accidente. El recinto estaba preparado para recibir 25.000 personas, pero la administración del parque vendió exactamente hasta 50.240 entradas e invitó a otras personas, hasta completar la cifra de 60.000. Domingo. Hoy me encontré con la maestra. Era mediodía y yo estaba desde muy temprano leyendo en un claro del bosque cuando ella apareció precedida por unos cuarenta niños. Se sentó conmigo -en el claro hay bancos de madera construidos por los aldeanos- mientras sus alumnos se dedicaban a buscar hojas y musgo. Parecía cansada. Me preguntó qué leía. Se lo dije; luego permanecimos en silencio, ella evitaba mirarme. De pronto, sin levantar la vista, me preguntó cómo era la guerra. Es muy dura, le dije. Muere gente. Cuando me miró comprendí que estaba agradecida por lo que había dicho. Volvimos juntos, entre la algarabía de los niños, yo sin comprender nada. Al llegar a la puerta de mi casa nos despedimos. Sonreía, algunos pelos se le habían pegado en la frente. Me quedé inmóvil hasta que la vi desaparecer, primero las piernas, luego la cintura, los hombros, la cabeza. Sábado. Es de noche. Desde mi ventana veo los fuegos en las escarpadas. Me pregunto quiénes son los carboneros, de qué aldea, y a manera de respuesta imagino una planicie blanca. La maestra tuvo un comportamiento extraño esta tarde. Yo daba un paseo en bicicleta y ella venía con un grupo de gente por el camino del pantano. Al llegar junto a ellos algunos campesinos me advirtieron que no siguiera, que el camino era peligroso para andar en bicicleta. Les pregunté de dónde venían. Contestaron que del maizal que hay junto al pantano. Les pregunté si eso era posible, cultivar maíz junto a un pantano y dijeron que sí. Mientras hablábamos la maestra rehuyó mi mirada y al decidirme a volver con ellos se retrasó intencionadamente del grupo junto con otras dos muchachas. Al cabo de un rato de caminar volví la cabeza y en el otro extremo sólo vi dos siluetas. Iba a preguntar a los otros dónde estaba la maestra cuando observé que uno de los campesinos llevaba guantes. Este descubrimiento me trastornó hasta el punto de impedirme decir nada más durante el resto del trayecto. Ahora es de noche y tal vez un día de estos me decida a visitar las escarpadas. Los fuegos son minúsculos. En ocasiones, sin embargo, su brillo es cegador. Lunes. En la Granja todo el mundo estaba trabajando menos el muchacho de la camioneta. Me senté junto a él en el galpón y le ofrecí cigarrillos. Al terminar de fumar dijo que esta tarde iría a la ciudad, por si tenía algún encargo que hacerle aparte de los periódicos que me envían de Nanning. Le dije que no necesitaba nada. De acuerdo, dijo, un verdadero revolucionario es aquel que puede abastecerse en la cooperativa de su propio pueblo. Lo dijo sonriente, con algo de burla. Le respondí que este no era mi pueblo. Eso tiene mayor mérito, dijo. Me hubiera gustado sonreír pero no lo hice. Después de un rato me preguntó si sabía qué árboles eran los que crecían junto a la cerca. Le dije que eran almendros. Me miró con una sonrisa radiante y después me dijo que sí, en efecto eran almendros. Por un instante quedé desconcertado, luego sostuve con calma su mirada hasta que desvió los ojos. Alguien hizo sonar una taza de latón y escuché una voz detrás de mí que decía son las diez de la mañana.

Jueves. Algunos científicos se han instalado en la zona atraídos por el fenómeno y un campesino llamado Lai Jui Hua la describió en los siguientes términos: “Tiene la boca como la de un pato y la cabeza como la de una vaca, pero mucho más grande. El cuerpo también es enorme y se mueve dentro del agua provocando unas olas similares a las que producen las barcas”. He despertado con fiebre. Durante mucho rato he permanecido sentado en la cama, los ojos fijos en un punto de la pared, intentando no pensar en nada. Por el tórax me corrían hilos de sudor y sentía las tetillas frías como si me hubieran aplicado hielo. Martes. Tengo fiebre, sin embargo procuro quitarle importancia. Mientras escribía, el comisario ha venido a invitarme a una reunión de carácter político que se celebrará después de una comida campestre. Le he preguntado, un tanto molesto por haber sido interrumpido, si en esta aldea solían celebrar las reuniones después de comer en el campo. Ha titubeado y después me ha dicho que sí. Una curiosa costumbre, murmuré, y él me ha confesado que desde antes de la Revolución Cultural lo hacían así. No me he comprometido a nada y al irse el comisario he seguido escribiendo. Jueves. Han venido a visitarme dos mandos militares de la ciudad. Eran jóvenes y estaban nerviosos. Les rogué que se sentaran y me excusé de no tener nada que ofrecerles. Ellos sacaron una botella de vino y una de aguardiente que traían de regalo. Abrimos la botella de aguardiente; me trataron con deferencia y demostraron haber leído mis poemas. Uno de ellos también escribía y parecía tener talento a juzgar por los versos que recitó. De pronto me di cuenta que había olvidado quitar los recortes de periódico de la mesa e inevitablemente éstos atrajeron su atención. ¿Qué significado tiene esto?, preguntaron sonriendo. No lo sé, dije, son noticias que recorto. No insistieron y al cabo de un rato hablábamos de otras cosas. Jueves. Por la noche, antes de dormirme, saco por unos instantes los recortes y los alineo sobre la mesa. Luego me siento delante de ellos y los contemplo. Escucho apenas el vehículo de los militares que vuelven a Nanning. “El Youjiang va crecido este año”, dijo uno de ellos al despedirse. ¿Qué significado tiene esto, en realidad? El monstruo tiene pico de pato, leo. Esto no puede asombrarme ni maravillarme, sin embargo intuyo que detrás de estas palabras hay algo que puede provocarme una emoción aún mayor. Por momentos tengo la certeza de encontrarme sobre la pista, por momentos creo que sólo estoy enfermo.

Martes. Wu Yunquing, de 142 años de edad, residente en Quinghuabian, provincia de Shaanxi, pasea en bicicleta por las calles de su ciudad natal. Para Wu, el secreto de su longevidad radica en su optimismo, el ejercicio físico y una forma de vida moderada. Según él, esta moderación incluye cuatro o cinco horas diarias de sueño y, a ser posible, sentado. Recorto también la foto: en ella aparece un anciano de barba blanca, montado sobre una bicicleta, observando la cámara fotográfica. Miércoles. He asistido a la comida campestre y luego a la reunión. La comida fue abundante, hubo vino y muchos brindis. Después hubo dos oradores, el comisario político y una campesina que trabaja en la Granja. La charla de esta última fue curiosa, la traía escrita y tenía por título “¿Qué hacer cuando la lluvia nos sorprende en el camino?” A medio discurso, plagado de lugares comunes, de reiteraciones y descripciones minuciosas de herramientas y ropas de trabajo, me dormí apoyado sobre el tronco caído de un árbol. En determinado momento, a mi sueño llega su voz que dice que la persona que se viera asaltada por la lluvia debía cavar un hoyo, meterse dentro y luego cubrirse de tierra. Desperté sobresaltado. Nadie me observaba salvo el comisario político; su rostro era una extraña mezcla de ironía y miedo. Cuando la campesina finalizó su discurso esperó a que yo aplaudiera para hacerlo él. Jueves. Sobre los incidentes del parque Beihai: El jefe de seguridad de la zona había advertido a los responsables del parque que vender más entradas de las autorizadas podría provocar desórdenes…Algunas canciones de la última moda interpretadas en inglés provocaron fuerte emoción en el público juvenil… Los espectadores salieron del recinto atropelladamente y alrededor de 60 personas fueron pisoteadas…Entre los diez heridos, cuatro se encuentran graves. Jueves. El militar más joven, el poeta, dijo que la realidad era la cultura. Yo miraba por la ventana el movimiento apenas perceptible de la aldea. Por la calle principal se alejaban dos niños llevando algo entre los brazos; por el otro extremo venían dos mujeres arrastrando una carretilla; hablaban en voz alta, se reían. El otro oficial dijo algo acerca de armas bacteriológicas. No le presté atención, sólo recuerdo haber asentido mientras un ligero corrimiento, allá lejos, en las escarpadas, cautivaba mi interés. Fue algo así como si empujaran hacia un lado el paisaje y metieran en el hueco otro exactamente igual, pero nuevo. Por la noche fui a la casa del comisario. Vive con su mujer y cinco hijos, todos menores de diez años. Le pregunté qué clase de asamblea había sido la de ayer. Su mujer me miró como si los hubiera amenazado de muerte. El comisario dijo que no había sido una asamblea sino una fiesta. Al recordarle que por la tarde todos habían trabajado, añadió que se trataba de una fiesta menor. La tradición, dijo, es celebrarla durante media jornada, con una comida colectiva. Viernes. A las doce de la noche, cuando terminaba de leer un libro de divulgación científica y me disponía a revisar mis recortes de periódico, llamaron a la puerta. Permanecí sentado, quieto, no quise responder. Volvieron a llamar, muy débil, como si no quisieran molestar. Recuerdo haber cerrado los ojos, haber deseado que quienquiera que fuese creyera que no estaba, aunque la luz encendida me delataba. Después la puerta hizo un sonido de alambre al abrirse y unos pasitos menudos se deslizaron hasta detenerse a pocos metros de donde yo me hallaba. Abrí los ojos: la maestra apagó la luz y se desnudó sin decir una palabra. A tientas, guardé los recortes, dejé la carpeta sobre la mesa, descorrí la cortina, me dirigí con cuidado hacia el lecho. Sus senos eran pequeños y anchos y sollozó mientras la penetraba. Después estuvimos abrazados en la oscuridad hablando de cosas sencillas, los problemas de la escuela, la biblioteca -insistió en saber mi opinión sobre ésta-, los niños, la Granja, los carboneros que trabajaban de noche. Al llegar a este punto le pregunté por qué trabajaban de noche y no supo responderme.

Viernes. El muchacho de la camioneta llega a las ocho de la noche de Wuming. Me acerco a él para que me entregue los periódicos. Su semblante está pálido y demacrado. Con una sonrisa me dice que está enfermo. Le pregunto si ha ido al médico y dice que sí. Tiene diarrea y fiebre. Le digo que no debería conducir en ese estado. Responde que ahora se irá a la cama, apenas deje de conversar conmigo. Por la noche trabajo en la biblioteca hasta la una de la mañana. Al salir tengo la sensación de que el pueblo está vacío. A medida que camino la sensación se hace más intensa, así como el deseo de entrar en algunas casas y comprobarlo. Sin embargo, soy capaz de controlarme, de llegar hasta mi casa, de desnudarme, de pensar. Sábado. Durante la mañana revisé los recortes. El niño de Wan, el monstruo del lago, el anciano que pasea en bicicleta, los incidentes del parque de Beihai. ¿Qué tienen en común estas noticias? He recortado otras, pero las recurrentes, las que vuelven a mi memoria como señales rojas, sólo son estas cuatro. Jueves. El oficial habló de armas bacteriológicas. Le pregunté a qué clase de armas se refería. Al mirarme, su rostro se desdibujó como si una niebla azul lo envolviera. Pensé: camarada, estás desapareciendo.
Viernes. Debo mantenerme firme. Por la mañana vino a visitarme el médico. Su marcha coincidió con la llegada de la maestra. Escuché cómo se saludaban en la puerta y luego un largo silencio donde acomodé ambos rostros, inexpresivos, débiles. Al llegar a la habitación la maestra dijo que me encontraba bien. Le pregunté por qué creía eso. Respondió que el medico había dicho que mi salud era buena; además, ella sabía que escribía a diario, un excelente síntoma. Sábado. Por la tarde un primer grupo de aldeanos salió por el camino de la Granja. Poco después salió otro grupo por el camino de las escarpadas y el pueblo quedó prácticamente vacío. Esta vez quise saber adónde iban y decidí seguir al segundo grupo, por lo que cogí una bicicleta que alguien había dejado junto a la cooperativa y pedaleé en dirección a las escarpadas. Al llegar al primer recodo comprendí que no les daría alcance: en algún momento habían abandonado el camino y ahora, para alcanzarlos, debía volver atrás y encontrar el punto por el que se habían desviado. Me pareció inútil y regresé a la aldea. Al pasar por mi casa la anciana que vive enfrente abrió la ventana y sacó la cabeza como si intentara atrapar algo con la boca. Supe, recién entonces, que era ciega. Dejé la bicicleta adonde la había tomado y volví andando.

Lunes. El volcán hizo erupción tres veces entre 1597 y 1702 y las repetidas lluvias y la nieve convirtieron su cráter en un lago de 10 kilómetros cuadrados y 373 metros de profundidad. Según han manifestado los trabajadores que conocen la zona, la abundancia de microorganismos en el lago puede muy bien ser la causa de que en él vivan animales acuáticos. Las plantas del jardín dan la impresión de una inmovilidad perfecta. Pensé en la bicicleta de Wu Yunquing, en su barba blanca, casi postiza. Nacido en 1838. El día está cargado de nubes oscuras, hace calor. Por un momento he creído que los recortes se proyectaban sobre las escarpadas. He cerrado los ojos; la imagen ha tardado en diluirse. Algunas personas afirman que Shie Zo habitualmente ve a todas las personas desnudas debido a la fuerza de sus ojos. De pronto comienza a llover y sé entonces que soy el único que presta atención a lo que está ocurriendo. Esto puede ser el fin, pienso. Entonces la lluvia cesa. Lunes. Nunca podré establecer una relación entre los recortes; ¿de qué manera se prolonga la extraña criatura del lago con los disturbios del parque Beihai?¿En qué medida el portento visual del niño de Wan es el de la misma naturaleza que da la larga vida de WuYunquing? Sólo sé que suceden cosas extraordinarias. Mientras el militar más joven recitaba algo de Mao Dun observé que la vida en la aldea era idéntica a sí misma. La maestra salía de la escuela rodeada de niños y miraba en dirección a mi casa, sin verme. La camioneta de la aldea permanecía aparcada junto a la cooperativa. Más lejos jugaban dos cachorros de perro, y un niño, con una pala en la mano, los observaba. El color del cielo nuevamente era gris y por el lado de las escarpadas exhibía unas franjas fosforescentes, repugnantes, como si esa parte del cielo estuviera leprosa. Sin perder la sangre fría corrí hacia el patio trasero y vomité. Sentía una profunda piedad imprecisa. Los oficiales salieron en mi búsqueda e intentaron llevarme al baño, pero no lo permití. Me bastó mirarlos, con los labios aún manchados de bilis, para que no avanzaran un paso más. Después mentí: he perdido la costumbre de beber, dije. Lunes. No estoy enfermo. Mi nombre es conocido en las provincias de mi país. Tengo 45 años y desde los 15 sirvo en el ejército. He recibido múltiples condecoraciones. A los 25 años publiqué mi primer libro y desde entonces mi producción literaria ha sido ininterrumpida. Soy sano y fuerte, me he demostrado que puedo resistir el hambre y el dolor. Durante seis años residí en Vietnam donde fui consejero del ejército popular en la lucha contra los imperialistas y sus lacayos. Viví en Hoa Binh y Phat Diem; en 1971 fui herido en una aldea cercana a Phu Dien Chau y retorné a mi país. En 1979, durante el conflicto bélico chino-vietnamita, combatí contra mis antiguos aliados. Mi división estaba acuartelada en Jinxi y yo pertenecía al estado mayor. Al terminar la guerra fui destinado a Ningming, cerca de la frontera y, al poco tiempo enfermé. Estuve en el Hospital Militar de Nanning donde mi recuperación fue rápida; luego, por deseo de los médicos y con el beneplácito de mis superiores, fui enviado a esta aldea para descansar.

Viernes. Desde las cinco de la mañana hasta las doce he permanecido sentado en el suelo, desnudo, intentando pensar. Es difícil; a veces el cuerpo parece un agujero y todo lo demás, las ideas, las palabras, los descubrimientos, se asemejan a las joyas, hermosas pero innecesarias. Si tuviera tiempo, conjeturé, me gustaría trasladarme a Pekín e investigar a fondo los incidentes del parque Beihai. Una sola pregunta: ¿quiénes autorizaron la venta de entradas? ¿Y para qué? Esta segunda pregunta, por supuesto, podría contestarla si pudiera interpretar correctamente los recortes. Sábado. Salí por la mañana. Conseguí una bicicleta en el taller de la Granja y partí de inmediato. El muchacho de la camioneta me vio abandonar el pueblo y gritó algo inaudible. Me volví a mirarlo, no me detuve. Corrió un trecho detrás de mí pero al cabo de unos minutos abandonó; por el espejo retrovisor alcancé a ver que me decía adiós con los brazos. Pedaleé durante unas tres horas en dirección a las escarpadas y me detuve a descansar. Estaba empapado de transpiración pero me sentía bien. La bicicleta era vieja y tenía el cuadro oxidado, pero aguantaría; era pesada y resistente, de las construidas hace mucho. A mediodía llegué a una colina escasa de vegetación desde donde vislumbré una aldea. Saqué los prismáticos y enfoqué las calles durante un rato. Ni una sola persona, ni un solo movimiento. Un kilómetro más adelante el camino se bifurcaba. Una senda, casi techada por el bosque, llevaba a la aldea; la otra seguía hacia las escarpadas. Noté la ausencia de sonidos, la quietud que parecía colgar de las ramas más altas de los árboles. Pensé textualmente: la quietud cuelga de una rama, y tuve un acceso de desmayo. Me sostuve, perplejo, como si estuviera en un bosque de adivinanzas y no debiera perder el buen juicio. Al cabo volví a montar en la bicicleta y me alejé en dirección a las escarpadas.

Martes. La maestra vino a mediodía. Traía composiciones que sus alumnos habían realizado sobre mi literatura. Me las extendió, sonriendo, y esperó a que las leyera. ¿Qué te parecen? Camarada, le dije, me dan ganas de llorar. Pues llora, dijo ella. Nos desnudamos e hicimos el amor. Después ella dijo riendo que nunca lo había hecho a esa hora. Por el marco de la ventana vi un cielo gris, de un brillo opaco, y pensé que era extraño que no me estremeciera. Martes. Al caer la noche la maestra volvió a casa. Comimos juntos, lavamos los platos, nos sentamos a trabajar en la misma mesa; ella preparaba sus clases y yo escribía los últimos párrafos de mi informe. En el silencio de la medianoche escuché pasos de gente que iban a la casa vecina. Le pregunté qué ocurría. Dijo que la anciana ciega estaba enferma. A los pocos minutos el silencio se había restablecido. ¿Era el médico?, pregunté. No, dijo, el médico vive en Wuming, era gente del pueblo. Me acosté pensando en la vieja. Por el hueco de la cortina veía a la maestra inclinada sobre la mesa. Cerré los ojos y sonreí, los niños habían escrito “optimismo y confianza en el futuro”. Intenté recordar, ignoro por qué razón , el rostro del joven oficial y poeta, y en su lugar aparecieron las siluetas de los niños que rodeaban al comisario político al final del camino. Cuando la maestra vino a la cama me había dormido. Temblaba, me contó ella al día siguiente. Me sentía feliz. Viernes. Me desperté a las seis de la mañana. Le dije a la maestra que no debería haber sido fácil para los aldeanos mi estancia aquí. Me miró sorprendida. No, dijo, los campesinos son generosos. Sólo temían que no te sintieras bien. Me siento bien, le dije. Antes de marcharse me acarició una mano. No me moví de la puerta hasta que la vi desaparecer por una calle lateral. Por todas partes se veía gente trabajando. Salí al patio trasero y me bañé con baldes de agua fría. Sentí deseos de cantar. Por supuesto, no lo hice.

Sábado. A las seis de la tarde avisté otra aldea. Desde un árbol estuve observando el pueblo con los mismos resultados que en el anterior. Era curioso, a mi derecha crecía un rumor de río, como si el Youjiang se hubiera salido de madre, aunque yo sabía que el Youjiang estaba por lo menos a 25 kilómetros a mi izquierda. El calor era insoportable y presagiaba tormenta. Esta vez resultaba inevitable pasar por el pueblo, a menos que lo rodeara, pero en este caso tenía que abandonar la bicicleta. Entré lentamente, a vuelta de rueda, temeroso de perturbar el silencio reinante. Cuando dejaba atrás la primera casa comenzó a llover. Casi al instante el agua formó una cortina tan densa que impedía cualquier atisbo de visibilidad. Dejé la bicicleta apoyada junto a un bebedero y entré corriendo en la vivienda más cercana. No fue necesario tocar, la puerta estaba abierta y un sólo vistazo me bastó para comprender que allí no vivía nadie. Cuando la lluvia amainó penetré en las otras casas: todas estaban vacías desde hacía mucho. Me senté en el suelo, bajo el alero de una de las chozas, y esperé. Había anochecido cuando decidí seguir adelante. Al ir a buscar la bicicleta observé que en las escarpadas ya estaban las primeras fogatas de los carboneros. ¿Carboneros en la provincia de Kuangsi?, ¿después de la lluvia? Saqué los prismáticos y enfoqué hacia arriba. Los fuegos apenas parpadeaban. Me sentía afiebrado, no obstante seguí. Sábado. Dos kilómetros más adelante el camino terminaba junto a un pozo. Alrededor del pozo habían limpiado una especie de explanada y en ambos lados habían bancas de madera, enmohecidas, con respaldos labrados con motivos florales. Me senté en la de la izquierda. Sabía que a mis espaldas los fuegos crepitaban aunque no pudiera oírlos. El rumor sordo del río se imponía a cualquier otro sonido.

Domingo. La tonalidad del cielo es la misma de ayer y de los días pasados. Por la mañana estuve sentado en el jardín, con un libro en las rodillas, mientras los campesinos marchaban a trabajar a la Granja o al pantano y horas después volvían de la Granja y el pantano y se saludaban al encontrarse o se detenían a hablar. A las cinco de la tarde vino puntual el muchacho de la camioneta a entregarme el paquete de periódicos. Cuando ya se iba le pregunté si se había recuperado; me miró sonriendo, sin entender. ¿Estás sano, ahora?, le grité.¡Sí!, dijo, y la camioneta se alejó camino abajo. Domingo. No he abierto el paquete de periódicos. Sé que encontraría noticias que recortar y ya no importa. Alguien se encargará de quemar los recortes que he guardado y mi diario. Tal vez alguien se adelante y no permita que eso suceda. Sospecho que ambas posibilidades tienen más de algo en común. Lunes. Me disponía a dar un paseo cuando llegó el comisario. Le dije que quería caminar, que si a él no le molestaba podíamos dar un paseo juntos. Aceptó encantado. Tomamos el camino de la Granja hasta llegar al bosque. Dígame, le pregunté, cómo se llama esta bosque. El comisario sonrió con timidez. No tiene nombre, dijo. Nos sentamos a hablar en el claro. La conversación fue parca. El comisario miraba beatíficamente las ramitas esparcidas en la tierra mientras yo buscaba las ramas más altas, los pedazos inseguros de cielo. Casi un símbolo, medité. Al anochecer volvimos a paso lento a la aldea. Lunes. Me asomé a la ventana de la casa vecina. La oscuridad no era total y pude ver a la anciana sentada en una silla mientras un niño vigilaba la sartén sobre un hornillo de leña. Buenas noches, dije, me alegra verla repuesta. ¿Quién es?, dijo la anciana. El niño miró sonriendo y después siguió atento a lo que cocinaba. Mi nombre es Chen Huo Deng, dije. Ah, el soldado, suspiró ella. Soy una vieja asmática pero no puedo morirme todavía. Eso está bien, dije. Lunes. Sobre la mesa he dejado en orden todo cuanto he escrito estos días. Aquí está mi informe atrasado y cinco poemas. Sobre la mesa quedará asimismo este diario. No oculto nada. (Además, sería inútil.) Junto a mis papeles he dejado una breve nota señalando que éstos deben ser entregados al estado mayor del ejército, en Nanning. La casa, que tan amablemente me fuera prestada por el comité del partido de esta aldea, la devuelvo en las mismas condiciones en que me fue cedida. Por lo demás, todo lo que tengo es del Ejército. Ahora saldré a caminar, ya ha pasado medianoche, hasta llegar al bosque. Espero tener la paciencia de buscar una rama alta y resistente, escondida en el follaje, y colgarme.

SALUDOS.

Wednesday, October 07, 2009



SANDRA, SUSPIRA EN AZUL, AL ESCUCHAR UN ÀNALISIS ESTRUCTURALISTA DE SU OBRA, POR UN ESCRITOR A MEDIOS CHILES, QUE MORÌA DE CALOR.

SALUDOS.

Monday, October 05, 2009


LA NOVELA GANA SIEMPRE POR PUNTOS.


Para Sandra Becerril, en la segunda ediciòn de su novela: Suspiro Azul.


Cuando conocì a la autora hace muy poco tiempo, la segunda cosa que me preguntò, fue còmo habìa nacido mi gusto por el boxeo, es por ello que esta tarde recordando al maestro Julio Cortazar, he tomado parte de una de sus inmortales frases para hablarles de Suspiro azul.

Don Julio, siempre fue un amante del boxeo, cuenta que de niño siempre lo escuchaba por el radio, y como en su casa la mayoría que la habitaba eran mujeres, no había quién lo llevaran a la arena. En ese momento, jamàs se imaginarìa, todas las noches que iba a pasar viendo encuentros de pugilismo en Luna Park, siendo tan solo un adolescente con un libro bajo el brazo, sino también que en Francia, iba a ser narrador radial de una pelea del gran campeón Josè Àngel “Mantequilla” Nápoles, mediante la cual, no solo escribiò uno de sus cuentos más complejos, sino, también, seria escuchado por niños, que como èl, tampoco tenían quién los llevara a conocer un ring.

En su texto “ Algunos aspectos del cuento” Cortazar, claro y meditabundo como en casi todas sus letras, nos cuenta: Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decìa que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout. Es cierto, la novela acumula progresivamente sus efecto en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases.

Es asì que me propongo en este pequeño texto de 12 puntos o 12 rounds, que son el numero de episodios oficiales en cualquier pelea de campeonato, dejarles lo màs claro posible, si es que alguien aun tiene duda, el por què, Suspiro azul, es una novela que tal como lo menciona don Julio, va acumulando progresivamente sus efectos en el lector.

En primera instancia les propongo ver la forma total de suspiro azul dentro de un estructura aùn mayor y universal: la Arquitrama o trama de tramas, conocida como la forja del heroe o el viaje del heroe, sustentada por estudios realizados por varios tipos de investigadores de diferentes disciplinas, como Joseph Campbell, o Carl Jung y usadas en obras tan monumentales como El Señor de los Anillos de Tolkien o tan exitosas como La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafòn. Por mencionar solo dos de ellas.

1) PRIMER ROUND: Es aquì, en el inicio de la novela, donde vemos al sacerdote Damián, protagonista de la historia, que vive en un mundo ordinario, dictando cátedra y celebrando misas. Aun, no sabemos su historia, es un personaje desdibujado y falto interés, que se vive cuestionando todo lo que sucede a su alrededor y lo sopesa con sus experiencias pasadas.

2) SEGUNDO ROUND: Damián, recibe la llamada de la aventura al toparse con Joseph Vacher, un villano fuera de lo común por el poder que la misma autora le confiere como: la personificación misma de la maldad. Tal como menciona Thomasseau en su estudio sobre el melodrama en relaciòn a la efectividad del villano, con esta la de la obra misma: La intriga consiste entonces en develar y seguir las maquinaciones de un individuo que parece disponer del don de la ubicuidad. Hábil para deslizarse por la noche envuelto en un manto oscuro, para saberlo y vigilarlo todo, parece movido solo por la ambición o la venganza, peor aun, en el caso de nuestro villano, por la locura y la muerte.

3) TERCER ROUND: Damián, duda y hasta rechaza el llamado a la aventura, El asesino delicatessen, no despierta en él, más que una malsana curiosidad, pero son: Las sombras, unos entes que lo acompañan desde su niñez y que aparecen como el principio activo de la locura para darle la suficiente vitalidad de alcanzar ese llamado lado oscuro, donde sé es capaz de herir o matar sin reparo alguno. Las Sombras, flotan y Damián, como hipnotizado por el cascabel de una venenosa serpiente, los sigue directo a su perdición.

4) CUARTO ROUND: La aparición del mentor no puede ser menos luminosa, Eduardo Casar, un sacerdote perverso y falto de fe, que no tiene el menor reparo de conectar mujeres por la red en busca de ciber-sexo, robar e ingerir el vino de consagrar o leer revistas pornográficas en su celda, es lo más cercano que tiene Damián, de un maestro, un mentor que le muestre como va a enfrentar toda la diabólica maldad que le espera. Por fortuna o por desgracia, Casar, no le dura mucho dentro de la trama y muere muy cerca del principio de la misma. Damián, se queda solo con su fe por ese dios y lucha desesperadamente por no dejar de creer.

5) QUINTO ROUND: Damián, cruza el primer umbral de la aventura al enfrentarse a un señuelo que no puede dejar pasar: Azul, la bella hija del asesino Vacher, esta curiosa heroína, por más historia trágica que recojan sus botas y más sangre que pinte su vestido, es una princesa encerrada en la torre, esperando que su príncipe venga a rescatarla de ese Dragón que tiene cierta predilección por la cocción lenta de bellas mujeres.

6) SEXTO ROUND: Ahora, Demiàn, inmerso totalmente en el nuevo mundo de la aventura, trata de encontrar las pruebas para dar con el asesino de Casar, desconfía de todos y cada uno de los seres que le rodean, ni siquiera tiene al sacerdote pervertido con quién hablar. No sabe que tanto puede contar con el joven Pedro, alumno, misterioso y lleno de rencor, ni en la bella Azul, que solo parece que se divierte con la prueba de fe que ella sabe que le impone a Demiàn cada vez que se acerca. El tablero esta puesto para la batalla y abren las blancas.

7) SEPTIMO ROUND: Nuestro héroe, se encamina a la ruta abismal, representada por los amargos secretos de su pasado: la muerte de sus padres, el amor total que tuvo por Patricia, una mujer, con la que consumó en cuerpo y alma y supo en su partida iba a ser padre. Así, como el dolor de saber que Azul, ha sido violada salvajemente por un desconocido, que busca y pensando que lo ha encontrado, golpea salvajemente al doctor que tantas veces habìa ayudado a su iglesia. Damián, un religioso bondadoso y confundido, ahora, es puesto a prueba por la mano de dios, o, por la ausencia de la misma.

8) OCTAVO ROUND: El sacerdote, enfrenta la prueba suprema, esa en la que el héroe, se ve cara a cara con la muerte: Damián, descubre que Pedro, no solamente es el animal que violo a Azul, sino también el producto de ese enorme amor que tuvo por aquella mujer en el pasado. Damián, engendró a ese demonio que no conforme con lo que ha hecho, también, es parte de una secta satánica y quiere darle muerte. Es aquí donde la novela toca audazmente dos de los mitos primigenios: La muerte del padre y la satisfacción en el acto sexual con la madre (Parricidio e incesto). Damián, es un Edipo con sotana, un Arturo, sin armadura que enfrenta a un hijo rencoroso con un arsenal de artes negras. Pedro, ha violado a la mujer, que su padre, aun en la peor Confusión, considera para él. Pedro, quiere dar muerte a su padre. Demiàn, se enfrenta a la muerte y sale ileso gracias a que ha dejado de ser ese religioso blando y confundido. Ahí, muere el sacerdote y renace el hombre.

9) NOVENO ROUND: Demiàn, se apodera de la recompesa, representada por su vida, que estuvo a punto de perder en las manos de Pedro y su horda de salvajes fanàticos.

10) DECIMO ROUND: Nuestro heroe, logra atravesar la puerta de la iglesia, logra salir ileso gracias a la intervención del asesino Vacher, que le dice que si su vida no es de èl, no serà de nadie y lo rescata con policias y ambulacias.

11) ONCEAVO ROUND: Demiàn, cruza el tercer umbral, experimenta una resurrección y queda transformado por la experiencia.

12) DOCEAVO ROUND: Al final, nuestro heroe deja el sacerdocio y se convierte en abuelo del producto de la violación que Pedro efectuo sobre Azul, que al final de cuentas es su nieto, Ese niño representa el renacer, la promesa de continuidad de vida. Es el producto de la fe de Demiàn y la esperanza de Azul. Es el elixir, beneficio o tesoro vital para el mundo ordinario.

En estos doce rounds, la escritora, nos da muestra clara de su astucia al mostrar al mundo una obra, que obra, dentro del inconsciente colectivo. Dentro de una estructura mìtica y llevada a emparejarse con grandes obras clàsicas, por esa sùper-estructura o arquitrama, que gracias a sus jabs, rectos de derecha, ganchos de izquierda y uppers cuts, esta destinada a un sitio privilegiado entre las grandes campeonas mundiales de peso ligero, muy, muy ligero de la literatura mexicana. Esperemos mucho de la autora.

Thursday, October 01, 2009

Carta abierta a mis queridos lectores, porque juntos alcanzamos 9000.

Soy un escritor desconocido, porque nunca me ha gustado la gente. No me gusta la gente que comenta mis letras, no me gusta la gente que podrìa publicar mis letras, no me gusta la gente que podrìa editar mis letras, no me gusta la gente que cree que sabe de letras. Me gustan los còmplices, que son incapaces de delatarte porque se delatan a si mismos. Me gustan los mercenarios, porque son fieles a sus propias conveniencias: Asì los siento a todos ustedes, queridos lectores, como mis còmplices, ya que tanto ustedes como yo, zarpamos en el mismo barco, sin que nadie nos obligara, ustedes pueden leer y dejar de leer en cuanto se les dè su gana. Como mis mercenarios, porque son fieles a su conveniencia y si, esta, favorece estas letras ocultas, serà simplemente porque algo de aquì brilla en su bolsillo, no hay favores ni complacencias (como dijo Sabina: A mi, las moralinas me hacen vomitar).

Asì que, queridos còmplices y mercenarios, les pago con la mejor moneda que tengo: Mis letras. Hace tiempo, una mujer me decìa tratando de herirme que no me parecìa nada a lo que escribìa, a lo que contestè. Cierto, parece que ellas (las letras) y yo, somos dos entes diferentes. Con este blog, se han probado estas palabras, seguro estoy, que si me conocieran la mayoria de ustedes, jamàs me hubiera vuelto a leer, gracias a que no tenemos el gusto de conocernos, ustedes, vuelven, una y otra vez.

Las letras siempre estaràn aquì para ustedes.

Mil gracias.
Gabriel.

SALUDOS.

Wednesday, September 30, 2009


Pocas amistades tan entrañables y literarias como la de Roberto Bolaño (Arturo Belano) y Ulises Lima (Mario Santiago Papasquiao). Los detectìves Salvajes.

POSTAL A MARIO SANTIAGO.

Recuerda, Mario, la poesía ha hundido

a muchos; si los días favorecen la extensión

del viento, es porque el viento se extiende

con fuerza y ya nada queda por hacer sino

decir sí o no y contemplar esas manchas; nuestros

trabajos, por así decirlo, nos han arruinado

un buen número de sueños y el bosque

sigue intacto. ¿Cuál es el tamaño de nuestra

leyenda? Pobres muchachos arrastrados por la marea.

Un techo de estalactitas siempre se movió sobre

los caminos rurales. Y de tantas formas extremas

de comunicarnos ya sólo quedan mapas que ni el más joven

de nosotros puede leer. O tal vez sí. No lo sé.

Es difícil caminar una ciudad sin amor, pero

es más difícil caminar amando, como lo hicimos

nosotros en México D.F.



ROBERTO BOLAÑO

Monday, September 28, 2009



VIEJAS PALABRAS QUE COBRAN NUEVO SIGNIFICADO.

Juguemos a la muerte ¿va?

Juguemos a la muerte ¿estàs dipuesta? juguemos a montar en las manecillas de reloj cansado y descargarnos espadazos cada vez que nos encontremos en el ovalo camino, de nuestro eterno retorno, èl uno al otro. Juguemos a tomarnos de las manos y lanzarnos al vacio, peleando en trayecto para ver quièn le sirve de paracaidas a quièn. Juguemos a destrozarnos botellas cuando corramos de espaldas pretendiendo huìr de ese destino manfiesto que aparece presto como un mono cae de un àrbol con una bala en la cien, en doscientos fieros dientes juguemos a clavarnos en el pecho para tatuar sus concavidades en ese pequeño y marchito corazòn, que se interpuso palmo a palmo, a ese juego entre los dos. Es por ello que te invito, una y otra vez: !Juguemos a la muerte! jueguemos a volver a esa casa a recoger nuestros paso, juguemos a buscar el medium que nos devuelva a la vida para borrar las huellas de ese juego, en que tanto nos divertimos, en el que te enterrè un cuchillo y tù una estaca, que nos acercamos lentamente, perdiendo la vida y sorbiendo la sangre que brotaba por nuestras bocas y se volviò una en ese ùltimo beso que tù buscaste y yo pretendì negar sin lograrlo. En ese ùltimo momento, solo te propuse ¿Què te parece sí ... en la siguiente vida, sì, en ese Eterno retorno que es nuestras vidas: jugamos a la muerte?

SALUDOS.

Thursday, September 24, 2009



Estrenan filme en Madrid con imágenes inéditas de la Generación del 27

Con tomas de Juan Guerrero de 1928, el documental El deseo y la realidad no se presentará en cines.

Dpa
Publicado: 23/09/2009 09:55

Madrid. Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Dámaso Alonso y Jorge Guillén, entre otros, cobran vida en El deseo y la realidad, un documental que contiene las únicas imágenes en movimiento que existen de la Generación del 27 y que se estrena mañana jueves en Madrid.

Se trata de una película sin precedentes con imágenes inéditas rodadas en 1928 por Juan Guerrero Ruiz. Es un "documento único", corroboró la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.

La cinta, dirigida por Rafael Zarza y Fernando González de Canales, fue presentada este miércoles a la prensa por esa institución y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC).

Lorca en Buenos Aires, entrevistas a Alberti, Guillén y Pablo Neruda... La película tiene dos partes: una en la que se refleja el "deseo" de los jóvenes integrantes de la Generación del 27 y otra en la que se aprecia la "realidad" por la que discurren sus vidas.

La película podrá ser vista en 2010 en los 72 centros que el Instituto Cervantes tiene en todo el mundo y su visionado estará acompañado por mesas redondas y coloquios. "Pondrán en valor a una de las principales generaciones de nuestra literatura", dijo Caffarel.

Sin embargo, el documental no llegará a las pantallas de cine. "Un estreno comercial lo banaliza", aseguró Zarza, muy satisfecho con su proyección en los centros del Instituto Cervantes.

Guerrero Ruiz, uno de los pilares de la Generación del 27, grabó las imágenes con una cámara Pathé Baby de 9,. milímetros. Se cree que los 24 rollos de película filmada forman parte de un documental que quiso realizar sobre Juan Ramón Jiménez, del que era secretario, y sus compañeros de generación.

Zarza llegó a ellos por casualidad: su padre era amigo del hijo de Guerrero Ruiz. Para que ahora se puedan apreciar, la Filmoteca España sometió ese material a un largo y complicado proceso de restauración.

Monday, September 21, 2009



EL AMARGO SABOR DE LA DERROTA.

Saludos.

Friday, September 18, 2009



TODO LISTO PARA LA PELEA DEL AÑO.



JUAN MANUEL "DINAMITA" MÀRQUEZ, A DOCE ROUNDS DE LA GLORIA. AHORA SI:

QUE VIVA MÈXICO!!!

Mayweather no es 'Number One', Márquez sí es el 'Uno'

Floyd Mayweather es un excelente boxeador. Sus condiciones son superlativas, sus habilidades envidiables. Y más que un excelso pugilista Floyd Mayweather Jr. es un súper atleta, un individuo que podría destacarse con seguridad en otras disciplinas que exijan igual o más que el boxeo. Pero Floyd Mayweather y quienes lo manejan pisan constantemente el terreno de la cobardía y la farsa, por lo que no es ningún 'Number One'. Esa displicencia con la que se retira para luego volver y pelear contra un rival que tiene que crecer forzadamente para hacer el peso, no es digna de un 'Number One'.

Juan Manuel Márquez es un púgil temible, un veterano de batallas memorables con un corazón y resistencia que parecen insocavables. Juan Manuel Márquez es de esos boxeadores que le hacen excelente honor a su apodo, en este caso 'Dinamita', además de un exponente brillante y ejemplar de la casta del gladiador mexicano. Es, sin siquiera una pizca de duda, uno de los mejores de esta era. Pero Juan Manuel Márquez no es un peso welter aunque puede que sí sea el 'Número Uno' si a peleadores mexicanos y hasta latinoamericanos se refiere.


SALUDOS.

Sunday, September 13, 2009



Novedades de Anagrama, incluyendo "Una novelita lumpen" de Bolaño, disponibles esta semana en librerías.

SALUDOS.

Friday, September 11, 2009



UN POEMA MÀS DE DON ROBERTO BOLAÑO.

En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.

SALUDOS.

Wednesday, September 09, 2009



RECORDANDO AL MAESTRO BOLAÑO, EN UN POEMA QUE HABLA MUCHO DE LO QUE FUERON SUS ÙLTIMOS AÑOS.

LA SIRENA.

¿Escuchas las sirenas de la noche?
si.
La neblina cubre el puerto.
Pero son mensajes para ti.
Las sirenas los cornos los gemidos de la niebla.
Pero yo sé que intentas decirme.
Tal vez es la voz de tu conciencia.
Mi conciencia pájaro enronquecido.
¿A estas horas de la noche?
¡Pero tu escribes aún!
Cosas sin importancia.
¿Papeles póstumos, lo que te permitirá ser amado?
Basta.
Amo ahora.
Abro piernas y escondo mi pájaro.
Tu pájaro enronquecido dentro de la niebla.
¿Con quien intentará comunicarse?
Es gratis.
Es canto.
Dentro de muchos años seré deseado
Como un círculo de hielo

ROBERTO BOLAÑO.

SALUDOS.

Monday, September 07, 2009




Mi comadre Sandra Becerril, va a presentar la segunda ediciòn de su novela y un servi, se va a ir a tirar un choro, que se va a llamar: LA NOVELA, GANA POR PUNTOS. Aqui los datos por si les interesa.

Colectivo Artístico Morelia y Morevallado Ediciones tienen el honor de invitarlo a la presentación de la segunda edición de la novela:

Suspiro Azul
de Sandra Becerril

3 de Octubre, 16:30 hrs.
Espacio Danzite
(Higuera 31 Coyoacán, detrás de la iglesia) México D.F.

Presentan:
Gabriel Rojas
Jaime Lara
Jorge Enrique Escalona
y la autora.

Modera: Mariné Salazar

Entrada libre
Vino de honor


"Por este estilo singular, no podría decir que estamos frente a una novela fantástica, o policiaca, o una novela negra matizada; simplemente nos encontramos frente a una obra excepcional. Se nota en este libro una mayor madurez en el estilo, lenguaje, influencias y técnica de la autora sobre sus anteriores obras y por el sugerente teman vivencial que se narra a lo largo de estas páginas; no dudo que más de uno se identifique al menos en un instante de la lectura, con alguno de los personajes que aparecen en este relato."

Héctor López (El Sol de México)

"Suspiro azul, anuncia su preferencia por ciertas oscuridades que envuelven y a veces emanan del mismo ser. Suspiro azul es, de cierta manera, una novela de amor y desamor, pero también policiaca y puede etiquetarse en varias corrientes narrativas, aunque la historia en si, es maravillosa"
Erick Alba (La Jornada Michoacán)

SALUDOS.

Friday, September 04, 2009



En Buenos Aires, dònde parecìa que nuestra relaciòn no estaba perdida del todo y volvì a saber de ti.

Balada para mi muerte
Canción
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.

Hoy que Dios me deja de soñar,
a mi olvido iré por Santa Fe,
sé que en nuestra esquina vos ya estás
toda de tristeza, hasta los pies.
Abrazame fuerte que por dentro
me oigo muertes, viejas muertes,
agrediendo lo que amé.
Alma mía, vamos yendo,
llega el día, no llorés.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
que es la hora en que mueren los que saben morir.
Flotará en mi silencio la mufa perfumada
de aquel verso que nunca yo te supe decir.

Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,
como sombras fugadas de un cansado ballet,
repitiendo tu nombre por una calle blanca,
se me irán los recuerdos en puntitas de pie.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis,
cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!

SALUDOS.

Monday, August 24, 2009



EL MAESTRO BATAILLE. Y, ME PONGO DE PIE.

¿La literatura no es acaso por sì misma, el dominio de la mentira, de la ficciòn, del engaño? pero, precisamente compadecemos al escritor (muy a menudo nos resulta odioso) si nos engaña como no sea a pesar de sì mismo.

GEORGE BATAILLE.

SALUDOS, YA TAMBIÈN ESTAMOS TWITTER, AHI SI QUE ESCRIBIMOS PENDEJADAS (HABLANDO EN PLURAL COMO BOXEADOR NERVIOSO EN ENTREVISTA).

Thursday, August 20, 2009



Tengo una hueva, tan onda, tan profunda que amenaza con hacer mella en mi corazòn causticamente solitario y con ello, encontrar a esa persona que se dice perfecta y cortada a la medida, con la sola esperanza, que como dijo Diogenes, busque la manera de que no me tapen el sol ...

SALUDOS.

Wednesday, August 19, 2009



El heroe y el cobarde son iguales por dentro, la diferencia: el heroe es por lo que hace y el cobarde por lo que no hace.

Mike Tyson.

Friday, August 14, 2009



EL FINO ARTE DEL MADRAZO.

Cuantos golpes, necesita recibìr tu rostro para esculpirte tu verdadera cara? Cuantos golpes màs vas a tener que aceptar para dar el tuyo? Cuanta fuerza le debes dotar al golpe, sabiendo perfectamente que la jornada puede ser larga y las energias pocas? Cuanto de ti debes dejar en ese golpe para que sea lo suficientemente dañino para que te ponga a salvo, a ti y a tu contrario? Cuantos de esos golpes te los has merecido y cuantos los has pedido a gritos??? Cuantos golpes màs? Cuanto pretendes vivir esquivàndolos a sabiendas que, mìnimo uno, va a entrar y fuerte? Cuantos tatuajes màs vas a pintar en tu expresiòn, cuantos marcas màs en sonrisa, cuantas abolladuras màs en tu mirada ... cuantos golpes necesitas para encontrate a ti mismo???

SALUDOS.

Tuesday, August 11, 2009



POR ESO NO TENGO MASCOTA.

Pretendo volver a escribìr; porque extraño mis letras, y aunque las muy ladinas amenazen con quedarse con un par de esos tantos ojos que iluminaron mi senda por momentos, las ignoro y les doy el aviòn. Las dejo que se columpien en esas calidas miradas, que se rasquen el lomo en sus pestañas y se acurruquen en sus cejas. Justo ahi, les pego un chiflido y corriendo viene a mi. Como el màs fiel de los perros.

SALUDOS.