Wednesday, March 12, 2008



HEMINGWAY, MAILER, LONDON, BYRON Y GARIBAY, NO PUDIERON ESTAR EQUIVOCADOS. TANTO MÀS QUE LO REZA EL VIEJO Y CONOCIDO REFRAN:
"DE PUÑO Y LETRA".

Mi gusto por el deporte de las trompadas, comienza, con la pelìcula ROCKY, ganadora del Oscar al mejor guiòn ... mmm, mucho que ver con su servidor.
Despuès, el regalo de mi mejor amiga, Frida, de este costal Palomino y estas guantaletas Cleto Reyes: ya estaba equipado para comenzar a rifarme. Solo habìa un problema: el lanzar uppers cuts con toda tu fuerza a un costal relleno de azerrìn, no tiene mucho que ver con hacer arpegios en una guitarra electrica, asì que puse en una balanza el asuntos y terminè de piche "guitarro" mamòn de Heavy Metal, nada de rifes que te puedan torcer un dedo y dejar de tocar la Stratocaster durante meses !CHALE!
El siguiente paso, fue muchos años despuès, en compañia del Violador de Papantla, tremendo corredor de diez kilometros para arriba. un domingo muy temprano, lo acompañè a su rife de pista al Sope de Chapultepec, y, cual fue mi sorpresa que ahi, estaba don Toño con todo su establo. A la siguiente semana ya estaba siendo repasado por chamacos corriosos y rucos colmilludos; pero hasta la fecha no me he rajado.
Bien sè que ya estoy viejo y siempre he llevado vida de intelectual, asì que no le pido peras al olmo. tan solo me conformo con ponerme los guantes y aguantar el castigo, poner en aprietos a la banda con un derecha dura y terminar sin aire cada domingo por la mañana ¿serà esta mi crisis de "la edad media"?

Les dejo las consideraciones que hermanan a las letras con los madrazos y que el rock siga hasta que mi espalda me lo permita.

Box y literatura

"Los boxeadores no pierden el cerebro en el ring, posiblemente antes de
subir tampoco lo tienen", es una frase de Jorge Luis Borges en uno de sus
arranques de ironía hacía el deporte.

Pero así como a Borges, amante de las peleas de gallos, el boxeo le extirpó
al menos un pensamiento, hubo autores que dejaron enfermarse por esa pasión
patética pero agradable destreza que significa defender el cuerpo y la vida
con sus propias manos.

Homero, Norman Mailer, Julio Cortázar, Ernest Heminway y Lord Byron, son
algunos de esos enfermos por la literatura, pero hipnotizados por ese vaivén
de las manos.

Ellos, en cada una de sus frases, en cada párrafo, marcaron su ritmo y
cadencia como si la hoja en blanco fuera el ring del Madison Square Garden,
y como si la retórica significara ejercitar un buen gancho al hígado.

Los guantes para un boxeador son las extensiones de sus manos, para estos
escritores-pugilistas, los guantes fueron una extensión de la imaginación.
Imaginación donde también cada golpe significó pulir cada una de las
historias.

Homero en la Ilíada, se tomó el tiempo para relatar el poderoso encuentro
entre Epeo, el creador del caballo de Troya, y Eurialo, "con guantes
pendencieros que ahora cierran ferozmente… sus resquebrajados rostros suenan
con los golpes", narró allá por 1184 a.C.

Norman Mailer, un novelista tan competitivo como Borges en todas las áreas
de la vida, relató en su libro The Fight, el combate entre Muhamad Ali y
George Foreman, la pelea conocida como Rumble in the Jungle es las esencia
de un clásico de la literatura.

Heminway escribía para vivir y peleaba por diversión. Se subió al ring para
medirse ante Ezra Pound, pero su fascinación por estos combates donde
Fitzgerald era el cronometrador, quien tocaba la campana, se inmortalizó en
una cuentito titulado Fifty Grand.

Por su parte Cortázar, con el mote de Cronopio, con una zurda inmortal,
aseguró alguna vez que siempre iba a las peleas en el Luna Park con un libro
bajo el brazo, a veces Víctor Hugo, otras Hölderlin u otro romántico que
estuviera acorde con la noche.

Y ya que el arte del boxeo llegó al romanticismo, que decir del poeta inglés
Lord Byron, el Don Juan, se subió al ring para intercambiar jabs y upper
cuts, con John Jackson, Campeón Mundial de los pesos pesados.

La lista se queda corta, es más larga, podríamos agregar a Jack London y su
cuento Un buen bistec, o las historias del "Púas" por Ricardo Garibay.

Pero Cortázar, Heminway, Mailer y Byron, pretendieron en el boxeo la
estética más que la violencia, después de todo supongo que no lo veían
violento sino estético, como una forma elevada de arte.

SALUDOS.

10 comments:

Ōkami said...

claro, porque al ser artista, intelectual o bohemio en su defecto (jajajaja) resta objetividad a las cosas de la vida, luego lo ve todo como un acto poético y vaya que es poético el bistec sobre un ojo que más que real parece ser un cuadro surrealista, a que es hermoso?

jajajajaja...

que tendrá el box que a nosotros los soñadores nos encanta? Cuando me pongo a pensar en la disciplina que se necesita para dedicarse al boxeo me da un dolor en el coxis que me cago, pero con todo ello, después de ver millon dollar baby me entró una ansiedad por comprarme un saco de esos y ponerlo en el patio de mi casa, conseguirme una cuerda como la que tenía para saltar cuando iba en la primara y empezar a bajar unos kilos, que buena falta me hace, luego recuerdo que yo siempre he llevado una vida más tranquila y que la adrenalina y sudores del boxeo no son para chicas como yo; hasta he pensado en reinventarme y comprarme unos guantes y darle a la pera, pero nooo, sigo con un libro en la mano, un cigarrillo en la otra, los lentes bien puestos, el ipod encendido y que va no tengo tiempo para esas surrealidades boxisticas.

Mª Jesús Lamora said...

Buen título para esta entrada sobre literatura.

violador de papantla said...

Jaja, mejor deberías subir un video dónde se ve como te "rifas" !!

MEjor aún te grabo en el "Sope" cuando te están "manchando" pa béneplacito de la bendita bandita !!

Me ando al carajo, de dónde nunca debí haber salido !!

Anonymous said...

No seré aguafiestas así que omitiré mi comentario respecto al boxeo... sólo decir que leí muy atenta el post y me resultó muy interesante. Fue muy grato haber visitado tu espacio, volveré para leer con más calma.

Mil gracias por tu visita y por haber dejado tu huella.

Saludos desde Santiago de Chile.

A said...

yo si doy mi opinion, se que no lo tomartas a mal.

No soporto la violencia en ninguna de sus modalidades.

me parece enfermo disfrutar viendo como dos seres humanos compiten por hacerse daño de manera brutal.

Respeto los gustos de cada quien, no formo parte de ninguna organizacion en contra de algo...solo es mi punto de vista

Besos pacificos
A.

Humanoide said...

¡qué derechazo acertaste!

saludos.

Dolores Garibay said...

Hola Gabriel,

Siempre me ha llamado la atención la relación que tiene la literatura con el box. A mí no me gusta ese deporte porque me parece absurdo ¿qué de emocionante tiene ver a dos fulanos dandose puñetazos a diestra y siniestra sólo para diversión de los demás? pero bueno, esa es mi perpectiva particular. Aunque del box a las corridad de toros, prefiero mil veces el box. Y me dio gusto que hace muchos años hayas elegido el Heavy Metal en vez de los madrazos ;)

Gracias por el comenatrio que me dejaste, y no, no soy la musa que reposa sobre pieles en la foto de entrada de mi blog, (que más quisiera yo, pero no) es Monica Bellucci.

Besos chilangos

Paz de la Vida said...

Y yo que justo me volvi loca mirando una pelicula de Box con Eastwood el de Harry el Duro y la Hilary swann!!
Una maravilla de guion .
besos

an-hell 9mm.com said...

SE ME HACE QUE ERES PENDEJO PARA EL TROMPO.

NO SOY EL PERRO.

Salvatore said...

¡Qué chingón post! Pues no cabe duda que la literatura tiene que ver con todo lo humano, y que no son pocos los escritores que se han fascinado por los boxeadores y su arte violento.

A mí también me gusta ver cómo se fajan dos hombres arriba del ring. Lo que me llama la atención es que se dan con todo, y al finalizar el combate se abrazan (incluso se besan).

Me vienen a la memoria cuatro películas memorables sobre tan apasionante tema. (Creo que los cineastas son un poco más fans que los escritores).

La primera Pepe el Toro (1953) de Ismael Rodríguez, cuando nuestro entrañable "Torito" mata a uno de sus mejores amigos (Joaquín Cordero) en el ring. Bueno es que también en el apellido Joaquín llevaba las de perder.

La segunda, una verdadera joya del séptimo arte: Raging Bull (1980) de Martin Scorsese, con un Robert de Niro inigualable en el papel del boxeador macho y rudo, Jake La Motta, a quien la vida se encarga de nockear.

La tercera Campeón sin corona (1946) de Alejandro Galindo, con David Silva en el papel que lo haría inmortal en nuestra cinematografía Roberto "kid" Terranova.
Y finalmente, Millon Dollar Baby (2004) de Clint Eastwood que me parece un peliculón.

También recuerdo que cuando eras niño mi hermano mayor me llevo a ver una película gringa, que se llamaba El campeón. No recuerdo nada en particular de ella, salvo que el boxeador luchaba para mantener a su pequeño hijo. ¿Tú sabes cómo es su título original?

Y bueno, aprovecho para agradecer por lo de mis libreros. La verdad es que estamos muy contentos. Pero si hay alguien a quien felicitar es a ti, que tienes un estudio con un acervo que ya quisiera tener algunas de las universidades pato en donde he trabajado. ¡Enhorabuena!

Estaría bueno que hicieras un post de los grupos de Heavy Metal que más te laten. Yo soy muy tradicionalista al respecto. Mis tres grandes favoritos son Ac/Dc, Judas Priest y Rainbow.